La secta islamista Boko Haram ha remitido este lunes un vídeo a la agencia francesa France Presse en el que su líder Abubakar Shekauexige la excarcelación en Nigeria de miembros de la banda criminal a cambio de dejar en libertad a las más de 200 jóvenes estudiantes secuestradas el pasado 14 de abril.
En el vídeo Shekau asegura que las mujeres ya han sido convertidas al islam, y muestra a un centenar de ellas vestidas con el hiyab (vestimenta femenina islámica), aparentemente recitando fragmentos del Corán y haciendo declaraciones de fe, y rodeadas de vegetación en una zona rural no identificada. Es la primera imagen que se tiene de las jóvenes, de entre 17 y 18 años, que fueron secuestradas de una escuela de la ciudad nororiental de Chibok, en el estado de Borno, de mayoría cristiana.
El grupo radical raptó a un total de 276 adolescentes, pero solo tiene en su poder a 223. El resto huyó. Estas han revelado que un grupo podría continuar en el bosque de Sambisa, próximo a la frontera camerunesa, donde Boko Haram cuenta con varios refugios.
La semana pasada, Boko Haram difundió otro vídeo en el que Shekau amenaza con vender a las jóvenes como esclavas. Testimonios recogidos por la agencia francesa aseguran que algunas de las estudiantes ya han sido vendidas por 12 dólares en zonas fronterizas de Chad y Camerún. El anuncio de la secta ha provocado una ola mundial de rechazo y personalidades del espectáculo, deporte y la política internacional han exigido la liberación de las chicas.
Vídeo enviado este lunes por la secta Boko Haram a France Presse.
http://www.youtube.com/watch?v=nwE4GeSZKew
No es la primera vez que Boko Haram (que significa en la lengua local “la educación occidental es pecado”) secuestra a niñas o jóvenes. Entre enero y febrero pasado más de una veintena de mujeres fueron raptadas por la banda criminal. Algunas de ellas fueron después rescatadas y habían sido obligadas a casarse y a mantener relaciones sexuales con sus captores.
Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos.