En su abierta campaña por convertirse en la potencia hegemónica en Oriente Medio y desaparecer a Israel, la República Islámica no solo ha iniciado programa nuclear que es visto con mucho temor; también se está proyectando a América Latina, en busca de nuevos aliados.
Un reciente documento secreto israelí revela la intención del gobierno encabezado por Benjamin Netanyahu de atacar Irán durante el otoño en el Medio Oriente. ¿La razón? Una creciente amenaza del régimen islámico que, al mismo tiempo que avanza en su programa nuclear, afirma en voz alta que “Israel debe ser borrado de la faz de la Tierra”.
Para los israelíes no hay amenazas grandes o pequeñas. Este país, fundado en 1948, ha soportado seis guerras y su pueblo tiene muy presente el holocausto en el que murieron seis millones de judíos. Esta trágica historia motiva que cualquier tipo de amenaza sea tomada en serio, y el régimen teocrático de Irán lo sabe bien.
¿Habrá guerra entre Israel e Irán? De momento, es prematuro afirmarlo. Aunque las tensiones de uno y otro lado aumentan cada día, lo cierto es que un conflicto bélico arrastraría de forma inevitable a otros países.
La ficha latinoamericana
Aunque la carrera nuclear iraní le ha ocasionado sanciones por parte de la comunidad internacional, su régimen ha desplegado una ofensiva diplomática en busca de su principal objetivo: ganar peso en Medio Oriente.
“Hasta antes de la caída del régimen de Saddam Hussein, en el Golfo Pérsico había un contrapeso de poderes entre Iraq e Irán. Con la caída de Bagdad, se configuró un nuevo escenario geopolítico en el que Teherán busca la hegemonía en esta zona”, sostiene Mordechai Kedar, profesor de Asuntos Islámicos en la Universidad de Bar Ilan, en Israel.
En esa campaña, Lationamérica también es importante.
“El lazo entre Irán y Latinoamérica se llama Hezbolá, un grupo terrorista libanés chiita, que no solo opera en Medio Oriente, sino que actuó, hecho comprobado por la justicia argentina, en los ataques terroristas a la Embajada de Israel y a la AMIA [Asociación Mutual Israelita Argentina] en Buenos Aires en 1992 y 1994, respectivamente”, sostiene Gustavo Rossi, periodista argentino especializado en asuntos del Medio Oriente en diálogo con El Comercio.
Para Rossi, la amenaza iraní continúa latente, porque “ahora trabajan en forma directa para la conversión al islam de grupos de aborígenes beligerantes, como son los wayus de Venezuela o los ponchos rojos en Bolivia, por nombrar algunos. El accionar de Hezbolá es silencioso pero contundente y están sustentados desde lo logístico por los presidentes Chávez, en Venezuela, y Evo Morales, en Bolivia”.
¿Cuál es, a final de cuentas, el interés de Irán en América Latina?
“El acercamiento de Irán a América Latina es real y se debe a una estrategia mayor en la que el régimen busca aliados políticos y económicos con la finalidad de construir una infraestructura destinada a hacer mella en las relaciones de Israel con los países latinoamericanos”, agrega Kedar.
Un informe de inteligencia del Centro General Meir Amit de Israel -un centro de estudios sobre terrorismo internacional- indica que, desde que Mahmud Ahmadineyad llegó a la presidencia de Irán en agosto del 2005, “se han expandido y ahondado las relaciones de Irán con algunos países de América Latina, principalmente Venezuela y Bolivia”.
Irán cuenta con embajadas en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Argentina, Colombia, México, entre otros. En lo que se refiere al Perú, se sabe que durante el gobierno anterior, diplomáticos de la Embajada de Irán en Bogotá llegaron a nuestro país al menos en dos oportunidades para explorar posibles acuerdos comerciales y diplomáticos.
“Para acercarse a América Latina, Irán detecta un punto de encuentro político e ideológico con algunos países latinoamericanos, lo que puede serle útil para romper el aislamiento diplomático en el que se encuentra y reforzar el bando de resistencia bajo su liderazgo”, sostiene Rafael Singer, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí.
De esta forma, lo que busca Irán es expandir su huella en América Latina y otras regiones a partir de la llegada de grupos como Hezbolá, y consolidar su presencia e influencia política, económica, cultural y religiosa.
“Irán también ve en América Latina un terreno fértil para provocar y hasta desafiar a EE.UU. mediante una acción intensiva en diferentes campos: una mayor cooperación política y militar con estos países, una penetración económica en el área, y una amplia actividad de difusión del islam chiita y de exportación de la revolución islámica en esta región”, añade Singer.
Un aliado peligroso
En el ámbito económico, Irán centra sus relaciones con América Latina en el sector energético. Sus vínculos con Venezuela le permiten coordinar los precios del petróleo (Irán y Venezuela son el cuarto y quinto exportador mundial, respectivamente).
Teherán también busca aprovechar los yacimientos de uranio de Venezuela y Ecuador. Asimismo, Caracas informó que Teherán lo ayuda en las exploraciones para encontrar uranio en su territorio. “Con Venezuela el acercamiento es mayor y, en este con, se han profundizado las relaciones de ambos países en el campo militar con la firma de un memorándum de entendimiento. Existen acuerdos de cooperación económica en áreas como la banca, petróleo y gas”, señala Rafael Singer.
El acercamiento iraní a América Latina se traduce en las visitas que el presidente Ahmadineyad realizó a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba. Por un lado, se firman acuerdos de cooperación que benefician económicamente a esos países; por otro lado, Irán envía un mensaje de provocación y amenaza a Estados Unidos.
“Parte de la estrategia iraní consiste en captar a las comunidades musulmanas en América Latina. Las mayores están en Brasil, con un millón y medio de musulmanes, mientras que en Argentina hay 700 mil. Tanto para Teherán como para Hezbolá estas comunidades son una base propicia para captar a través de actividades ideológicas, religiosas, culturales y sociales”, señala el periodista Gustavo Rossi.
Desde la perspectiva israelí, Irán es su mayor amenaza actualmente. “Los árabes también tienen miedo a Irán y hoy lo critican. Irán busca alternativas económicas, financieras y políticas”, expresa Singer.
Lo concreto es que la ofensiva diplomática iraní no solo ocurre en América Latina, sino también en África. Para los intereses iraníes, en épocas de conflicto, cualquier aliado suma. 10 embajadas tiene Irán en países latinoamericanos. Hasta el 2009, solo había cuatro.
“Las naciones de la región pronto acabaremos con el usurpador sionista en la tierra palestina. Un nuevo Medio Oriente sin duda se formó”: Mahmud Ahmadineyad
“Irán es una teocracia islámica, un gobierno islámico en el que el 90% de la población es laica, no religiosa. Es un país gobernado por un pequeño grupo de ayatolas. La población no se mete en política, y el gobierno, a cambio, no mira lo que hace la población”: Mordechai Kedar, Catedrático israelí
80% del ingreso iraní proviene del petróleo. Por eso, se busca afectar su economía con sanciones.
42.000 mlls. de dólares es lo que le costaría a Israel una guerra con Iran, según la consultora Business Data Israel.
¿Por qué existe una amenaza nuclear?
El programa nuclear iraní tiene dificultades políticas y financieras, pero avanza. En la comunidad internacional se cree que, cuando Irán obtenga la bomba atómica, estará en condiciones de atacar a Israel.
Irán posee dos instalaciones nucleares, una en la ciudad de Qom y la otra en Parchin. En ninguna de ellas se ha permitido la inspección de peritos internacionales.
Para producir bombas atómicas se requiere uranio enriquecido al 90%. Al 20%, sirve para usos médicos y energéticos.
Un visceral antisemitismo
Irán era un aliado de Estados Unidos hasta la revolución de 1979, cuando el ayatola Jomeini derrocó al sha Mohammad Reza Pahlevi. Irán es percibido por Israel como el gran mentor de sus enemigos, pues los ayatolas apuntalan a los dos principales movimientos armados antisemitas (Hamas y Hezbolá). El presidente Ahmadineyad siempre ha mostrado su visceral antisemitismo y allí reposa la idea de atacar a los israelíes.
Proximidad a los cárteles de la droga
Un informe del Departamento de Defensa estadounidense presentado ante el Congreso en el 2010 daba cuenta de que Hezbolá recauda fondos en América Latina a través de actividades delictivas como el narcotráfico y mafias locales.
“Existen vínculos entre Hezbolá y cárteles de la droga mexicanos y colombianos. Hezbolá tiene presencia en la triple frontera (Argentina, Paraguay y Argentina), así como en la isla Margarita, en Venezuela, un lugar donde viven 400 mil personas, de las cuales unas cuatro mil son inmigrantes sirios y libaneses principalmente.
El embajador estadounidense Roger Noriega indicó que esta isla es un refugio y foco de Hezbolá en la región.
¿Qué es Hezbolá?
Hezbolá (‘Partido de Dios’) es una organización islamista libanesa prosiria y proiraní que cuenta con un brazo político y otro paramilitar.
Fue establecida por la Guardia Revolucionaria de Irán en la década del ochenta, durante la guerra con Iraq.
Hezbolá es considerado en gran parte del mundo árabe y musulmán como un legítimo movimiento de resistencia, porque lucha contra la ocupación israelí en los territorios palestinos, así como en los Altos del Golán, en la frontera con Siria. En el Líbano, es un partido político reconocido que incluso llegó a formar parte del gobierno.
Sin embargo, a causa de sus ataques contra civiles en Israel y de su apoyo a otras organizaciones, como Hamas o Yihad Islámica, es considerado terrorista por Estados Unidos.
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