La seguridad de los funcionarios y ciudadanos veracruzanos está en manos de hombres que tienen que estar dispuestos las 24 horas, ser discretos y sagaces. Ellos deben librar atentados, detener a sospechosos, como en el mitin de Peña Nieto en Veracruz y sacrificar su vida personal.
ANA LILIA VELÁZQUEZ
Xalapa, Ver.- Ante la ola de inseguridad, los llamados guardaespaldas se han convertido en un servicio “de primera necesidad” para funcionarios estatales y federales, y en general, para cualquier ciudadano que puede pagar por este exclusivo servicio.
Se les llama “guaruras”, pero ellos prefieren el término de custodios. Un oficio sacrificado, que no permite horarios. Se debe estar pendiente de la seguridad de sus jefes.
Pero si ya de por sí su trabajo es pesado, hay patrones que los utilizan para hacer “mandados” y hasta para bañar al perro; algunos obedecen sin chistar, otros se rebelan y aclaran que son parte de la seguridad, no de la servidumbre.
En el día a día de los custodios de funcionarios estatales hay anécdotas e historias de todo tipo, desde los desencuentros con periodistas, hasta evitar que personas sospechosas hagan daño a sus “patrones”.
LOS JEFES
La mayoría de los elementos del personal de seguridad de funcionarios estatales han laborado por varios años en gobierno. La mayoría califican al ex gobernador Fidel Herrera como el “mejor jefe” que hayan tenido, así como al actual mandatario Javier Duarte.
-¿Y los peores?
-Mmmm a esos no los podemos nombrar, responden los entrevistados con una sonrisa de media boca.
ME HE PERDIDO EL NACIMIENTO DE MIS TRES HIJOS: RICARDO
La custodia debe ser discreta, narran, pero en ocasiones no se puede, principalmente en los casos de los funcionarios, donde se tiene que contar con todo un dispositivo, antes, durante y después de una aparición pública.
“La situación es tensa y de más trabajo, cuando en los eventos públicos se contempla la aparición del Presidente de la República. Nos tenemos que coordinar con elementos del Estado Mayor Presidencial, quienes traen su propia logística”, explica Ricardo Sánchez de 35 años de edad.
Él, desde hace más de 10 años, ha trabajado en el gobierno estatal. El sexenio pasado fue parte de la guardia personal del mandatario.
“El trabajo es muy sacrificado, me he perdido el nacimiento de mis tres hijos; el reproche de mi mujer y perderme sus mejores años”
Alto, moreno, con 1. 70 de estatura, delgado, se mantiene en forma mediante ejercicios –cuando puede- y al practicar tiro al aire libre en lugares especializados.
PAGA QUE VALE LA PENA
Tiene un gesto infantil y si se le mira de lejos nadie pensaría que porta un arma de grueso calibre, que sólo se puede sentir si hay contacto personal.
“El sacrificio vale la pena porque la paga es muy buena, aunque la angustia en los últimos años se ha acentuado debido a la inseguridad que priva en el país”, dice.
Pero Ricardo, al igual que sus jefes, ha tenido que tomar medidas extremas en torno a su ambiente familiar “no vaya a ser la de malas”.
Sincero, responde que su salario es bueno, “de eso no nos podemos quejar; con ese dinero he podido darle una buena vida a mi familia y esa es la satisfacción que tengo”.
Ricardo Sánchez no es ningún improvisado, ha tomado cursos en Israel, sabe manejar todo tipo de armas y por supuesto cuenta con adiestramiento en defensa personal.
En días recientes, Ricardo enfrentó una situación de riesgo que puso en peligro su vida. Es la segunda vez que esto le pasa.
Sin embargo, aunque da un esbozo de lo que pasó, se niega a revelar detalles, “ya sabes, la discreción es parte de mi trabajo también”.
VIDAS EN RIESGO
Otro caso es el de Pedro Hidalgo, quien trabaja desde hace dos años en el Congreso Local y cuenta con 40 años de edad.
En su trabajo le ha tocado de “todo”, hasta aprehender “a un sospechoso que se encontraba en un mitin de Enrique Peña Nieto en Tantoyuca, un hombre que usaba una gabardina en un lugar con una temperatura de 40 grados”.
Sin embargo, tras una investigación se comprobó que el sujeto formaba parte de la seguridad de un diputado local y el problema no pasó a mayores.
“Todo esto forma parte de nuestro trabajo, tenemos que estar pendientes de todo lo que se mueva alrededor; de cualquier auto sospechoso, de las personas, de todo”, dice enfático.
Pedro Hidalgo, ha tenido que sacrificar horarios y días de descanso, “pero en este oficio así es”.
Con cursos tomados en Israel en diferentes especialidades de defensa personal, actualmente se prepara para ser abogado, “porque uno nunca sabe”.
De casi 1. 80 de estatura, con aire bonachón, dado su complexión gruesa nadie sospecharía de que se trata de alguien capaz de desarticular o someter a varios hombres en caso de que sea necesario.
“Tenemos que tener un ojo avizor”, aclara, al tiempo que comenta que deben ser hasta “psicólogos” para determinar quiénes pueden representar riesgo para sus jefes.
“Pero aquí estamos trabajando y yo no dejo que el personal a mi cargo se dedique a otra cosa que no sea el servicio de guardia, aunque resulta difícil”.
ENTRENADOS EN ISRAEL
Fernando Lara, cuenta con más de 27 años de servicio como guardaespaldas en el gobierno estatal. Ha formado parte de la guardia personal de gobernadores como Patricio Chirinos, Miguel Alemán y Fidel Beltrán; de empresarios como Emilio Azcárraga, Guillermo Cañedo de la Bárcena, del periodista Ricardo Rocha y de la cantante Paulina Rubio, entre otros más.
“La verdad que la demanda de seguridad no ha repuntado, sigo viendo los mismos compañeros en este oficio.”
-¿Te ha tocado una situación de riesgo?
-La verdad no, gracias a Dios, ni quiero que le pase a nadie.
Israel, también formó parte del entrenamiento profesional de Fernando Lara, un hombre moreno, recio y templado.
“En Israel lo preparan a uno para enfrentar ciertas circunstancias, porque aunque haya peligro siempre hay que mantener la calma.”
Pero el papel de custodio también conlleva discreción en su actuar. Los tres custodios sólo esbozaron una sonrisa cuando se les cuestionó si alguna vez habían escuchando conversaciones importantes de quienes han servido.
“No sé a qué conversaciones te refieres. Sólo cumplimos con nuestro trabajo”, dicen los tres custodios quienes tienen la discreción como la cualidad más marcada.
Nota: Por seguridad, los nombres han sido cambiados.
