Damnificados: como el Monje Loco “nadie sabe, ni nadie supo”

Una mala noticia –otra más- es la que acaba de dar a conocer este fin de semana el presidente Enrique Peña Nieto, al anunciar que los 12 mil millones de pesos que supuestamente se tienen presupuestados para atender los daños y desastres naturales a través del FONDEN no alcanzarán para dar respuesta a los miles de damnificados por las recientes lluvias en todo el país.
En la reunión de evaluación que tuvo en Sinaloa, exhortó a los gobernadores de los estados con afectaciones para que a la brevedad posible, presenten la lista de daños y los montos necesarios para poder atenderlos.
En el caso del estado de Veracruz, no hay ningún problema, porque casi antes de que peguen las tormentas tropicales o huracanes, ya se cuenta con una lista de municipios que resultarán afectados y en consecuencia, se solicita de inmediato el envió de los fondos del FONDEN.
Pero como dicen en mi pueblo: “piensa mal y acertarás” uno tiene que preguntarse por qué no alcanzarán esos 12 mil millones de pesos, porque al menos acá en el terruño veracruzano, no se ven por ningún lado a donde van a parar esos millones de pesos que se anuncian pomposamente cada vez que hay un desastre natural.
Porque si en realidad se destinaran a atender a los damnificados y sus pertenencias, entonces tal vez no sería necesario, que la población civil tuviera que organizar “coperachas” para llevar cuando menos alimentos y lo más indispensable.
Porque no me vayan a salir con el cuento, que en esas cuantas despensas que se reparten –no a todos los damnificados- se gasta los millones de pesos que envía la federación, cada vez que se declaran municipios en situación de desastre.
Hace algunos años, cuando vino el encargado de atender desastres naturales en los Estados Unidos a dar una conferencia en el puerto de Veracruz, comentaba que cada año le tocaba ver como metían a la cárcel, a algún alcalde y hasta un gobernador, por haber desviado los recursos millonarios que se ponen a su disposición cuando ocurre una catástrofe. Eso sirve de escarmiento a quienes piensan aprovecharse de la desgracia ajena, para “guardar” recursos para su campaña.
Por eso sería muy saludable, que se transparentara la información de los recursos multimillonarios que se envían a las entidades y municipios afectados por algún desastre meteorológico, para que no nada más se diga, que se van a mandar tantos millones de pesos, sino que además se etiqueten y se den a conocer a qué comunidades van a ser enviados, porque de otra manera, como ocurre hasta ahora, como diría el Monje Loco “nadie sabe, ni nadie supo” a donde van a parar y quienes son los beneficiarios.