Rafael de Jesús Luna Roldán cambiara de ser la de un niño sano, deportista y de buena talla, a la de un enfermo que consume 22 pastillas diarias y se tiene que inyectar cada tercer día antibióticos, antiinflamatorios y una larga lista de medicamentos
Williams Cortez
Xalapa, Ver.-Un año bastó para que la vida de Rafael de Jesús Luna Roldán cambiara de ser la de un niño sano, deportista y de buena talla, a la de un enfermo que consume 22 pastillas diarias y se tiene que inyectar cada tercer día antibióticos, antiinflamatorios y una larga lista de medicamentos.
Se trata de uno de los 22 niños enfermos por los efectos contaminantes de una fosa séptica en la telesecundaria Héroe de Nacozari.
Además de la salmonelosis que lo aqueja desde mediados de 2013, ahora le fue detectada una fuerte infección en los riñones (pielonefritis crónica bilateral) y el intestino.
Cansado de hablar con reporteros que lo buscan para conocer su historia y la razón del brote de infecciones entre alumnos de su escuela, Rafael de Jesús dice: “Para qué quieren que siga hablando si las autoridades ni hacen nada y a mi en la escuela me dicen que soy un chismoso, que no tengo nada”.
Su mamá, la señora Bertha Patricia Roldán lo mira con tristeza y muestra los estudios de laboratorio que demuestran el diagnóstico de la deteriorada salud de su hijo de 14 años.
LA SALMONELLA
El menor recuerda que fue en junio de 2013 cuando se comenzó a sentir mal, por lo que tuvo que ser llevado a consulta y posteriormente a análisis clínicos.
De ellos se desprendió que padecía salmonelosis, una de las intoxicaciones alimentarias más comunes causadas por agua y alimentos contaminados luego de su contacto con materia fecal.
“Desde hace un año, terminando el primero de secundaria en esa misma escuela, comencé a tener síntomas, se me bajó la presión, me empecé a marear, me llevaron al doctor, me hicieron análisis y me encontraron la bacteria llamada salmonella”.
A partir de entonces comenzaron sus males, permanentes dolores de cabeza, fiebres, malestares urinarios, estomacales, diarreas, y muchos más. Con ello inició y se fue acrecentando su consumo permanente de medicamentos.
Ya el 17 de junio de este año volvió a requerir de una serie de estudios médicos de hígado, bazo, vesícula biliar, páncreas y riñones. Los resultados establecen que padece “pielonefritis crónica bilateral”.
La pielonefritis crónica es una infección de los riñones provocada por bacterias o virus que conducen a la inflamación y pueden requerir de cirugía para corregir problemas anatómicos y prevenir infecciones futuras, así como otras complicaciones.
Con ello, Rafael de Jesús sufre de gastritis, taquicardias y depresión derivada del trato que ha recibido en la escuela por parte del director, profesores y sus propios compañeros.
TODOS LO SABEN
El colmo dice, es que todos “veían, olían y hasta comían cerca de la heces fecales, los orines y las pestilencia que emanaba de la fosa, y ahora me tachan de mentiros, que no estoy enfermo”.
Su salón se encuentra a escasos metros de la fosa séptica que por más de 5 años estuvo al aire libre. Más cerca está el puesto de comidas al que todos los estudiantes acudían a comprar los alimentos y bebidas que ingerían.
Bertha Patricia, su mamá, agrega: “los tres doctores que hemos visto nos han dicho que mi hijo está muy mal de su intestino, el último me dijo que eso que él tiene amerita una operación intensiva, hace quince días se puso mal otra vez”.
ENPASTILLADO
Es tal la cantidad de medicamentos que ha consumido en el último año que la semana anterior rogó a su mamá por “un descanso”, antes de regresar con el doctor para una nueva revisión.
“Hasta hace unos días me estaba tomando 22 pastillas al día, once en la mañana y once en la noche, antibióticos, vitaminas, para la bacteria, para los riñones, para la colitis, para la gastritis, para la fiebre y otros jarabes que son lactantes y unas inyecciones”, agrega Rafael de Jesús.
Molesto, y luego de reconocer que ha sido víctima de burlas en su propia escuela, desde el personal administrativo, los maestros y algunos de sus compañeros que le han dicho que “es un chismoso”, le pregunta a los reporteros de la utilidad de compartir su testimonio.
“Y para qué va a servir toda esta plática si las autoridades no hacen nada, nadie ha venido a verme, nadie ha hecho nada, al contrario han dicho que soy un mentiroso y por eso yo hubiera preferido quedarme callado como todos los demás enfermos”, insiste el menor.
Reportes consultados sobre el caso, señalan que personal de la Jurisdicción Sanitaria Número 5 reportó el 19 de junio de este año al Secretario de Salud, Juan Antonio Nemi Dib, que había acudido a visitar a todos los enfermos a sus domicilios.
“Eso no es cierto, aquí no ha venido nadie, ninguna autoridad ha venido a visitarnos”, aseguró la mamá de Rafael, al confiar que ya considera cambiar de escuela a su hijo en el mes de agosto, cuando inicie el siguiente ciclo escolar.
