El riesgo de mentir
CONTRASTES
Amigzaday López Beltrán
Sin conceder nada. El caso de la periodista Regina Martínez es un tema difícil y que por ello debe ser tratado con prudencia, respeto y certeza.
Después de seis meses, donde evidentemente ha habido presiones, temores, incertidumbre. Presiones para el Gobierno del Estado y temor e incertidumbre para los periodistas, la Procuraduría asegura que ha dado con los asesinos de la periodista Regina Martínez: dos malandros de la zona de El Dique.
Jorge Antonio Hernández Silva, alías El Silva, quien “se declaró confeso” del homicidio ocurrido el sábado 28 de abril en el domicilio de la reportera y quién habría señalado a su cuñado, José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, como copartícipe de los hechos.
El procurador de Veracruz, Amadeo Flores Espinoza destacó que los acusados conocían a la periodista y la asesinaron para robarle, de acuerdo con la confesión de El Silva.
“Hernández Silva refirió de manera amplia y con todos los detalles, la forma en que el 27 de abril llegó cerca de la media noche al domicilio de Regina Martínez, en compañía de José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, quien era conocido de la periodista.
Narró que llegaron a la casa de la víctima, quien los dejó entrar; explicó que tras un rato de conversación, se suscitó una discusión entre la víctima y El Jarocho, y éste comenzó a golpearla, agresión a la cual él se sumó, con la intención de que les dijera el lugar donde guardaba dinero y objetos de valor, privándola finalmente de la vida…posterior a ello, según su declaración, procedieron a apoderarse de objetos de valor, así como una cantidad de dinero que localizaron abajo del colchón, misma que dijo no saber el monto, pero del cual José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, le dio tres mil pesos en ese momento, guardándose el resto.
Jorge Antonio Hernández, El Silva, ubicó la casa de su hermana de crianza y pareja de El Jarocho, como el sitio donde ocultaron los objetos robados, de donde al día siguiente los sacaron para vendérselas a un sujeto que se dedica a comprar cosas robadas a los malvivientes de la zona, y que responde al nombre de Sergio Hernández Martínez, alias El Mafer, quien en declaraciones ministeriales confirmó la versión de haberse quedado con los objetos robados a cambio de mil pesos que entregó a Hernández Domínguez.
Sergio Hernández Martínez declaró también que un día después José Adrián Hernández Domínguez, El Jarocho, fue a exigirle más dinero por las cosas, y al no dárselo se llevó la mayoría, dejándole sólo un reloj de pulsera color café que está ya a disposición de la autoridad.
De igual manera fue citada ante el Ministerio Público la pareja sentimental de Hernández Domínguez, María del Rosario Morales Zárate, quien declaró que días después de la muerte de Regina, El Jarocho le confesó su delito, le mostró incluso los objetos robados, y le dijo que tenía que huir, siendo el 6 de mayo el último día que lo vio.
Con ello se entiende que:
1.-Regina Martínez les abría dado paso para entrar a su casa un sábado a las 10: 00 de la noche.
2.-De acuerdo al comunicado oficial, la PGJE tiene el reloj de Regina Martínez en su poder, uno de los pocos objetos que el Jarocho le habría dejado al Mafer.
3.-El Jarocho habría huido desde mayo, un mes después del asesinato de la periodista.
4.-De acuerdo a lo publicado por el periódico Notiver, el prófugo de la justicia fue detenido e investigado por la AVI en junio del 2012 por el asesinato de Regina. Sometido a pruebas periciales y liberado, porque presuntamente no encontraron indicios para incriminarlo el director de la AVI, Enoc Maldonado Caraza ni el delegado, Braulio Conde.
5.-Supuestamente El Jarocho era amigo de Ignacio Arturo Ramírez Villalba o Esteban Hernández Sosa, sobrino del titular de la PGJE.
Los por qué.
Lo que nos preguntamos la mayoría y que nos levanta suspicacia son algunos detalles:
1.-Por qué no presentaron al menos, el reloj de Regina.
2.-Por qué no permitieron, cuando ya tenían todo listo, armado e investigado o quizá en el transcurso, que la PGR, la revista Proceso u otra institución de confianza avalará sus investigaciones para tener credibilidad.
3.-Hasta que no aparezcan los objetos de la periodista, entre ellos, su computadora, seguirá la duda.
4.-Por qué si Regina tenía una mordida en el rostro y si ya tenían las pruebas realizadas, entre ellos a El Jarocho, por qué lo dejaron libre.
Por ello, suponiendo sin conceder que estos sean realmente los asesinos, el Gobierno y la PGJE tienen tal descredito que simplemente nadie les cree. Quizá les pase como Pedro y el Lobo y en esta ocasión digan la verdad, pero como han mentido tanto y dado medias verdades, nadie cree. Ese es el riesgo de mentir.
amigzaday@hotmail.com
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