¿Porqué tanto (falso) amor a las/os periodistas de #Veracruz?/I de II partes.

Armando Carballal

 

Foto: Armando Carballal

La acción obedece a un cálculo político. Todo con el fin de apaciguar los ánimos que el caso Goyo despertó inusitadamente en el gremio periodístico veracruzano y en el nacional.  

JORGE MORALES/Apuntesycrónicas.wordpress.com

Recientemente el gobernador Javier Duarte de Ochoa; el coordinador general de Comunicación Social, Alberto Silva Ramos y el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, han improvisado supuestamente desinteresados y amistosas reuniones y desayunos, con algunos integrantes del gremio periodístico de Veracruz.

En estos encuentros los funcionarios pretenden vender la idea de humildad y cercanía. Comparten el pan y la sal, algunas anécdotas, chascarrillos y promesas de apoyos con los cuales buscan granjearse la simpatía del gremio. Solo les falta regalar flores.

Todo con el fin de apaciguar los ánimos que el caso Goyo despertó inusitadamente en el gremio periodístico veracruzano y en el nacional. Para bien o para mal, entiendo que la acción obedece a un cálculo político. Me explico.

Desde hace décadas el gobierno ha creído tener bajo control la realidad y la opinión pública a partir del control económico de los medios de comunicación, es decir, los medios de producción informativa o más técnicamente, los mediadores “por excelencia” de la vida pública. Lo que puede ser absoluto en un sistema fascista o autocrático, no lo es tanto en un sistema medianamente democrático como el de México y Veracruz.

Así ha permanecido en los últimos sexenios, profundizándose en el período del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, durante el cual la corrupción y connivencia entre poder público-medios de comunicación llegó a niveles nauseabundos. Controlando a los directivos y dueños de medios de comunicación mediante generosas dádivas económicas, era la premisa, se tiene el control de los medios de comunicación y de la opinión pública.

Que yo recuerde pocas voces de periodistas o empresas periodísticas en ese entonces -hablo de 13 años para acá- durante el cual he ejercido el periodismo, buscaron rebelarse contra ese estado de cosas, no porque no lo hicieron con mayor valor y fuerza que los de ahora, sino porque sus voces eran francamente aisladas.

Hablo de Regina Martínez, de Luis Velázquez, de Andrés Timoteo y un poquito más atrás, de Ángel Leodegario Ramos, de Miguel López Velasco o del mismo Alfonso Salces y su equipo de Notiver, por ejemplo.

Digo esto porque pareciera que los jóvenes de ahora somos quienes encabezamos una supuesta revolución mediática y de lucha por las libertades. Tampoco hay que creérnoslo. Ni es la primera y ni es revolución.

El factor que alteró la ecuación del statu quo ha sido un elemento extraordinario: la irrupción de la violencia criminal.

Se trata de un actor que no sólo ha golpeado al sistema y al mismo gobierno, sino que ha alterado las relaciones de poder, aún más que factores sociales como la aguda pobreza y el endeudamiento de Veracruz.

Esto ha generado una coyuntura propicia para la ruptura. Si hay algo que puede despertar el deseo de cambio en una sociedad adormecida como en la que vivimos -Michoacán, verbi gratia-, dentro de un sistema, es la pérdida del último derecho posible: el de la vida. Los periodistas lo hemos perdido. Y somos la primera pieza de dominó que puede derrumbar el orden conocido.

(Antes, un medio de comunicación tradicional -la televisión, la radio o el periódico de la ciudad- poseía el poder hegemónico del discurso en una sociedad. Ahora bien, aunque reconozco que hoy en día ese discurso se ha democratizado y socializado con las redes sociales y la irrupción de plataformas versátiles en la red, descreo de las versiones que sostienen que que el periodismo y los periodistas han perdido ese poder de guiar la orquesta de voces y de información en la vida pública.

No conozco hasta ahora un bloguero, feisbuquero o twitero, por muy brillante y culto que sea, que pueda tener la visión panorámica y técnica de la realidad como la de un “buen periodista”, curtido con la experiencia, el conocimiento de los actores, la sensibilidad de la dinámica social y el olfato para el trabajo rudo e intelectual que exige el periodismo. En suma, el feeling).

Prosigo: es esta coyuntura la que ha sacado a las calles a las/os periodistas en días recientes. La desesperación ante un sistema opresivo y corrupto que ahora tampoco les da garantías de preservar su vida. El detonante han sido diez asesinatos de 2010 a la fecha, cuatro desaparecidos y una cauda de agresiones policíacas y de criminalización. Y verse en el espejo de una difícil y trágica vida como la de Goyo, tan parecida a la de muchos. ¿Qué periodista veracruzano no ha padecido hambre y frío? ¿desprecio y humillación? ¿incertidumbre y pobreza? Yo lo he vivido y creo que muchísimos de mis compañeras/os lo han vivido igual. No importa cuánto pueda uno trabajar, cuán honesto se quiera y luche ser, cuán brillante, preparado o inteligente se pueda ser. Las puertas están cerradas y sólo hay un único camino posible: el de la resignación y sobre todo, el de la corrupción y el cinismo.

Lo que nunca contó el gobierno es que esos periodistas desesperados y atemorizados con el despido y la proscripción, aunque fuera momentáneamente, alzarían su voz y se manifestarían públicamente. Y que saltándose todas las vallas del sistema mediático local -y los controles desde cualquier oficina gubernamental- se escucharían a nivel nacional e internacional, creando una cadena de solidaridad y de protección que pondría contra las cuerdas al gobierno. Es decir, le pasaría un costo político. El costo social del descrédito y el escándalo público. El costo de los votos potenciales para las próximas elecciones. Pero además, le haría ver una nueva realidad: la irrupción de un actor de poder, la de un gremio periodístico unido por un causa auténtica y legítima, con capacidad de influencia en la vida pública de Veracruz y en la opinión pública, que no se puede comprar con dinero ni controlar, por el momento…

http://apuntesycronicas.wordpress.com/2014/03/05/porque-tanto-falso-amor-a-lasos-periodistas-de-veracruz/

Amigzaday-th
Amigzaday López Beltrán
Periodista mexicana radicada en Inglaterra. Fundadora de Revista Era. Ha colaborado como freelance en medios como Proceso, Democracia Abierta, Houston Chronicle y Women in Journalism.

Comentarios

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Related Articles

Disminución en las previsiones de crecimiento en Reino Unido, reducción de impuestos a empresas y amenazas para los beneficiarios del Crédito Universal

El ministro de Hacienda, Jeremy Hunt, dio a conocer su declaración de Otoño donde anunció una reducción de impuestos para empresarios de hostelería,...

Seguro de desempleo en Reino Unido podría detenerse inmediatamente después de 12 meses, amenaza ministro de Hacienda

El ministro de Hacienda, Jeremy Hunt, advirtió que se impondrán "sanciones más estrictas" a las personas "que deberían estar buscando trabajo, pero no lo...

Sunak enviará un proyecto de “ley de emergencia” para que Ruanda sea seguro para el envío de migrantes

El portavoz del primer ministro afirmó que la "legislación de emergencia" sobre Ruanda se elaborará "en las próximas semanas".

Translate »